Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar tu experiencia, y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al utilizar el sitio web, aceptas el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Por favor, haz clic en el botón para revisar nuestra Política de Privacidad.

Ana Saiz, jefa de la defensoría pública: “Proteger y documentar a los migrantes es más barato que detenerlos”

Ana Saiz, jefa de la defensoría pública: “Proteger y documentar a los migrantes es más barato que detenerlos”

Ana Mercedes Saiz Valenzuela (53, Ciudad de México) recuerda cuando un migrante hondureño le dijo que las leyes de su país no funcionaban. Un niño que se cortó la mano acabó en prisión, pero en Honduras no habría durado mucho tras las rejas. Sabía que cuando saliera la mataría. Saiz, quien es licenciado en derecho por la UNAM y máster en derecho público por la Universidad de Londres, cuestiona si todos los migrantes abandonan su país sólo por problemas económicos. “Los procesos de Estado de derecho causan desplazamiento”, explica de manera conmovedora.

El abogado, director del Instituto Federal de la Defensa Pública, ha recorrido numerosas instituciones públicas mexicanas para defender los derechos de los grupos más discriminados. Fue subdirectora general de Estudios, Legislación y Políticas Públicas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación a nivel estatal, entre muchas otras funciones. Ella cree que los años más vinculados a los migrantes fueron aquellos en los que fue directora de la ONG Sin Fronteras (2019-2023).

En esos cuatro años leyó a numerosos académicos para comprender la dinámica migratoria. Ahora recoge algunos Vidas desplazadas (Penguin Random House, 2023), hecho para comprender el fenómeno a nivel global a partir del ejemplo mexicano. Este libro informativo -que será presentado el 7 de febrero en Ciudad de México- destaca el inicio de las políticas xenófobas contra los migrantes: el atentado del 11 de septiembre. También hablamos de cómo ha aumentado la migración de mujeres y niños, de las fronteras sur y norte y de cómo mirar la migración de manera diferente. Pero, sobre todo, los datos y las políticas que se aplican en México, de la mano de Estados Unidos, contra -y no más allá- de los migrantes. Saiz los califica como “contrarios al sentido común”.

Preguntar. En muchos países occidentales, el discurso de extrema derecha ha asociado la migración con la inseguridad. ¿Por qué no sucedió en México?

r. Creo que se debe a la gran tradición migratoria. Es poco probable que en una familia michoacana o zacatecana no haya alguien que haya emigrado a Estados Unidos. Es un mito que se magnificó (el de la inseguridad) después del 11 de septiembre. Conectando al enemigo con el extranjero. Aunque en México es diferente. Aquí la gente se indigna o se preocupa cuando ve inmigrantes en la calle o cuando mueren en una caravana.

P. ¿A qué se enfrentan las personas indocumentadas?

r. En primer lugar, están expuestos a trabajar en empleos no remunerados o potencialmente frustrantes para quienes tienen otras calificaciones. En segundo lugar, puede estar expuesto a la explotación laboral. Y otro problema son los impuestos. Si no están registrados, les resultará difícil pagar impuestos. La tercera razón es la seguridad. Estar documentado es una forma de protección, estás a salvo de extorsiones, de policías corruptos, de empleadores que te amenazan.

P. ¿Cómo ha cambiado el perfil del migrante?

R. Es muy difícil que alguien que emigró a Estados Unidos hace 20 años regrese sin documentos. ¿Qué empezó a pasar? Que la gente empezara a decirle a sus hijos: “venid, que si vuelvo nos moriremos de hambre”. Rompió esa migración circular que era tan tradicional en México donde la gente iba, ahorraba, construía, regresaba y veía a su familia. Lo que interrumpió estos ciclos fueron las políticas restrictivas implementadas a partir de 2001.

P. Ahora muchas personas están llegando desde Centroamérica huyendo de su propio país.

r. Hay algo muy perverso ahí. Mientras el producto interno bruto de estos países dependa de las remesas, los gobiernos no tendrán ningún incentivo para detener la inmigración. Sucede a menudo en Honduras. Cuando hablamos del Plan de Atención Integral a Centroamérica o de Sembrando Vidas, no estamos mirando problemas sociales, que van mucho más allá.

P. Conociendo la crisis humanitaria de migrantes en México, vemos candidatos que prácticamente no hablan de migración. ¿De qué se trata?

r. Los políticos temen la cuestión porque es muy compleja. Tienen miedo de lo que pueda generar una declaración. Cuando López Obrador dijo que darían la bienvenida a los migrantes, provocó muchas reacciones. También hay desconocimiento y muchos compatriotas en Estados Unidos.

P. En Estados Unidos, Trump habla constantemente de migrantes.

r. Porque da resultados electorales. Aquí no tienen tan claro si funciona. Uno de los puntos centrales de la agenda debería ser éste. Aquí hablan como si tuvieran un problema allí y aquí no.

P. ¿Cuánto varía la historia de la realidad en México?

r. El presidente habla continuamente de la protección de los migrantes, de la cooperación de México. Pero lo que se ve es que son tratados como paquetes, entregados a extorsionadores, para su explotación laboral.

P. Este año se batió el récord de detenciones de migrantes en México.

r. Imagínese el costo. Económico y humano. Es enorme. Si intentáramos proteger a las personas, documentarlas y brindarles apoyo inicial, sería mucho más barato que arrestar. Y con mejores resultados.

P. ¿El muro de López Obrador fue Trump?

r. Quien más recursos y elementos invirtió fue López Obrador. Y no es correcto que nuestra Guardia Nacional, que tiene muchos problemas de seguridad nacional que resolver, actúe como patrulla fronteriza. Porque lo que se dice de que protegerán a los migrantes es totalmente contradictorio con lo que vemos. Cuando el ejército mexicano va a proteger a alguien, usa otro uniforme, mantas. Y aquí están con armas de asalto. En la imaginación de la gente, si ven que envían a la Guardia Nacional, piensan “es que vendrá gente puramente malvada”.

P. ¿Cuáles podrían ser las ventajas de migrar a México?

r. Si hubiéramos documentado a las personas, las habríamos protegido más. Creo que los crímenes contra los migrantes nos hacen a todos más inseguros. La tranquilidad y la solidez de un Estado de derecho deben reflejarse en los eslabones más débiles de la cadena. Los inmigrantes son la presa más fácil del crimen organizado. La trata de personas es un negocio millonario.

P. La situación en Chiapas es muy difícil. Migración, crimen organizado y falta de gobierno. ¿Qué podría pasar?

r. Los inmigrantes son un buen negocio para el crimen organizado. Exponerlos ahí es muy arriesgado para ellos y muy rentable para este tipo de economía. Lo que pasa es que el margen de acción del Gobierno es muy limitado. Una medida económica y viable es documentar a las personas.

P. ¿Podría cambiar la situación de los inmigrantes en el futuro?

r. Lamentablemente no, porque hay una situación de xenofobia y prejuicios muy arraigada. Creo que hay un poco más de oportunidades en las políticas a nivel de ciudad. Hay buenas prácticas de programas de reasentamiento en Saltillo, en Monterrey, en la Ciudad de México. La política local puede ayudar. Ahí es donde veo esperanza.

Registrate aquí al boletín de EL PAÍS México y recibe toda la información clave de la actualidad de este país

Regístrate para continuar leyendo

Leer sin límites

_

By México Actualidad

Puede interesarte