Barbie tiñe el mundo de rosa mexicano: así nació el color de la película
Un fotograma de la película ‘Barbie’.Imágenes de Warner Bros.

Se usó tanta pintura rosa para hacer el set de la película Barbie que por un tiempo hubo escasez en el mercado. La cineasta Greta Gerwig estaba decidida a saturar el mundo de la muñeca con este color hasta que fuera “casi demasiado”, por lo que el mexicano Rodrigo Prieto, director de fotografía, no dudó en hablarle sobre la importancia y el valor artístico del rosa de su país, el rosa mexicano.

Inspirándose en las buganvillas de las calles, los textiles utilizados en la vestimenta tradicional y la arquitectura de Luis Barragán, el nominado al Oscar convenció a Gerwig y a la directora de producción Sarah Greenwood para que incluyeran este tono en la película. “No lo conocían y les gustaba”, explicó Prieto a la revista. OMS. Para Prieto, esta fue una de sus principales contribuciones a la creación de Barbieland, el universo onírico donde vive la protagonista de la historia.

Barbie
Margot Robbie y Ryan Gosling en un fotograma de la película ‘Barbie’.Imágenes de Warner Bros.

La historia de la rosa mexicana

Este emblemático color tiene su origen en un parásito: la grana cochinilla. En la época prehispánica, este insecto disecado se usaba para obtener un tinte rojo que luego se combinaba con otras sustancias para crear tonos anaranjados, violetas y rosados, por lo que era común verlo en diferentes objetos y piezas de arte en todas partes del país.

Si bien esta tonalidad ya formaba parte de la vida cotidiana de los mexicanos, el artista, dibujante y diseñador de modas Ramón Valdiosera jugó un papel crucial en darle este nombre al rosa mexicano. En la década de 1940, el veracruzano emprendió un viaje inspirado en el fervor nacionalista posrevolucionario por el territorio nacional para conocer la tradición textil de los pueblos originarios. Esta experiencia lo motivó a plasmar una visión contemporánea de la mexicanidad a través de la moda.

Cuando abrió su taller de confecciones en la Ciudad de México, Valdiosera se ganó la admiración del presidente Miguel Alemán Valdés, quien lo animó a presentarse en la Semana de la Moda de Nueva York en 1949. El creativo mostró sus prendas en el mítico Hotel Waldorf-Astoria, y dejó una gran impresión con una colección que rindió homenaje a la buganvilla rosa. Debido a esto, la prensa internacional comenzó a referirse al color como rosa mexicano.

“Lo que me parece más relevante en la carrera de Valdiosera es la forma en que integró su capacidad técnica innata, su talento, su interés por hablar de nuestro país y su forma de llevarlo a cabo a través del gobierno. Era un hombre muy inteligente”, explica Guillermo Huerta, director de la Licenciatura en Diseño Textil y Moda de la Universidad CENTRO, uno de los líderes del sector: “Debemos ver su legado como una estrategia para hablar de la gran riqueza cultural que tenemos en México y la manera de hacerla contemporánea”, agrega.

Barbie
Margot Robbie como Barbie en un momento de la película.Imágenes de Warner Bros.

Su impacto más allá de la moda

Actualmente, el rosa mexicano forma parte de la gama cromática de todos los días. Está en los edificios históricos construidos por los legendarios arquitectos Luis Barragán y Ricardo Legorreta, incluyendo la Casa-Estudio Barragán y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, respectivamente. En 2015, la Ciudad de México adoptó el tono como una de sus insignias, por lo que también puede verse en documentos oficiales, logotipos e incluso en los taxis que transitan por la capital. “La mayor particularidad de esta tonalidad es que para nosotros en México es algo intrínseco, es parte de lo que somos. Sin darnos cuenta está en nuestras flores, nuestros dulces y nuestras piñatas”, concluye Huerta.

La campaña de marketing de Barbie y la nostalgia por los juegos infantiles y la imaginación han desatado un fenómeno muy especial: grupos de amigas vestidas de rosa de pies a cabeza se pueden ver en las calles, en los salones de uñas el rosa es el tono más solicitado de la temporada, y en los cines los productos temáticos se han agotado, demostrando que el impacto de la película va más allá de las cifras de taquilla. Ahora no solo México, sino el mundo entero se ha pintado de rosa.

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