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El cine mexicano se dirige al próximo presidente: “No nos vean como un enemigo”

El cine mexicano se dirige al próximo presidente: “No nos vean como un enemigo”

Un sexenio que produjo más películas que nunca -incluso más que en el Siglo de Oro- pero que, al mismo tiempo, deja al cine mexicano al borde de una de las mayores crisis de su historia. Al final del mandato de Andrés Manuel López Obrador, la industria cinematográfica nacional atraviesa una dura crisis marcada por los temas recurrentes de no proyecciones y feroces recortes presupuestarios. Los ajustes se vieron favorecidos por la crisis económica por la pandemia de la covid, pero la tijera del Ejecutivo llevó incluso a la extinción del Fidecine, recurso fundamental para el desarrollo cinematográfico, que finalmente fue reinstaurado por el Tribunal Supremo, decretando la inconstitucionalidad de su eliminación. Al final de este ciclo complejo para la industria, EL PAÍS pregunta a 10 personalidades clave del cine mexicano: ¿qué le preguntarías al próximo presidente?

Nicolás Celis, productor (La Guardia Blanca)

“Me parece que algo fundamental para los próximos seis años será el fortalecimiento de EFICINE (Estímulo fiscal a proyectos de inversión en producción y distribución cinematográfica nacional). Es importante fortalecerlo con recursos actualizados y aumentados. En 20 años no ha habido un aumento de esta confianza. EFICINE ha sido fundamental para el sólido crecimiento que ha tenido el sector y para su posicionamiento global hoy”.

Marina de Tavira, actriz (Golpear)

“Le pediría al próximo presidente que se comprometa con todas las causas de las mujeres, que también son causas de los hombres. Si escuchamos este llamado y esta dolorosa exigencia, construiremos un mundo mejor para ellos y para ellos también. Es muy difícil. Hay muchas cosas y ella tomará el control de un país con muchas cicatrices, heridas abiertas y con muchos problemas por resolver. Pero les pido que sean uno con este movimiento. En lugar de esconderse en el Palacio Nacional, salgan y marchen”.

Fernanda Valadez y Astrid Rondero, guionistas y cineastas (sujo)

“Estamos absolutamente convencidos de que el cine es un contrapeso al poder necesario para la democracia porque permite opiniones múltiples y diferentes. Es fuente de alimento espiritual, de construcción de identidad y creemos que debe ser financiado por el Estado y que debe ser considerado parte de un proyecto educativo y cultural en cualquier escenario. Nuestra esperanza para todos los candidatos que lleguen a la presidencia es que no vean el cine como un enemigo. Las personas que tienen opiniones diferentes o se oponen a algo no son tus oponentes. Todos somos parte del mismo país; complejo pero muy rico. El cine mexicano sigue viviendo algunas de las políticas públicas anteriores. Realmente veremos los resultados de las estrategias del cuarto trimestre más adelante y será en el futuro cuando sabremos con certeza si fueron positivas o negativas; especialmente en las nuevas generaciones. Pero tenemos que sentarnos, analizar y darnos cuenta que esta industria siempre ha dado buenos resultados en México… por más que nos hayan golpeado en estos seis años. Espero que todo cambie para mejor”.

Alejandra Márquez Abella, guionista y directora (El norte en el vacío)

“El cine, además de entretener y divertir, construye un discurso nacional. Nos lo dice y, al hacerlo, sirve como una especie de tejido en el que podemos ver nuestra identidad y fortalecerla. Lo que ha sucedido con las decisiones de los últimos años es que, sin tener una red de apoyo, no se puede existir con independencia y libertad. Esto nos llevó a recurrir a espacios privados que, si bien nos permitían ser muy libres y a algunos nos daban muchas oportunidades, no nos permiten crear con total libertad. Y esto, a los efectos del discurso nacional, no es nutritivo. El discurso está permeado por otras voces que tienen que ver con el capital, con ideologías de otros países y eso no nos permite vernos con claridad. Los más afectados son los nuevos en este espacio y esto nos dejará con una generación de cineastas de mediana edad, excluidos de una pantalla que los refleja. Creo que el cine mexicano está en una espiral de repeticiones y gestos similares que no nos permiten evolucionar plenamente hacia la sociedad cultural sofisticada y profunda que siempre hemos sido. Espero que nuestro próximo presidente pueda sentir lo que sentimos nosotros. Es cierto que el cine es un espacio para gente muy privilegiada, pero también es una industria que genera muchos ingresos. No sé por qué en algunos espacios se permite que sea complicado y en otros no. Aquí no es posible, pero siempre encontraremos las alternativas necesarias para seguir adelante”.

Mónica Lozano, productora (Firma aqui)

“Le pediría a nuestro próximo presidente que se comprometa a gobernar de manera justa, eficiente y eficaz, garantizando el bienestar de todos los ciudadanos; sin distinción de origen étnico, sexo, religión o situación socioeconómica. Exigimos –y merecemos– seguridad, justicia social y respeto a los derechos humanos. Esperamos que nos ayude a defender la soberanía de nuestras industrias culturales. El cine es arte, es identidad, es historia y esperanza. Y el cine mexicano debe ser parte de nuestro presente para construir un futuro mejor.”

Estrella Araiza, directora del Festival Internacional de Cine de Guadalajara

“Creo que es fundamental recordarle a nuestro próximo presidente, y a todas las autoridades culturales, que no se creen detentadores del poder. Ellos no son. Y ese cine forma parte de sus obligaciones con la sociedad. El entretenimiento es un derecho humano, es una industria que genera empleos y transforma vidas. Tienen el deber de seguir promoviendo la cultura porque ésta alimenta nuestra alma, alimenta nuestro espíritu y abre puertas al mundo entero. También es una industria que crea empleos y fomenta a las personas que aman lo que hacen. El cine se hace en comunidad; una comunidad global y muy compleja, que no tiene fronteras, que no reconoce gobiernos y que no es ni de derechas ni de izquierdas. Y nuestro próximo presidente debe entender que su obligación es apoyar no sólo la creación y producción cinematográfica, sino toda la cadena, que incluye espacios de exhibición como los festivales de cine. El cine no es ni fifi, ni paja, ni sectario, ni partidista ni racista. El cine somos nosotros y siempre lo defenderemos. Y esperamos tenerla de nuestro lado”.

Inna Payán, productora (Una manada llamada Ernesto)

“Les pediría apoyar la generación de políticas públicas que protejan y promuevan la producción y creación artística, así como el acceso ilimitado a las expresiones culturales y cinematográficas por parte de la población. En este sentido, pediría que se realice una revisión y actualización de la actual ley cinematográfica, ya que en los últimos años el paradigma de la obra cinematográfica y audiovisual se ha transformado drásticamente, y que en esta revisión se reconozca el carácter estratégico del cine. .en el ámbito de la cultura. Pido que nuestras políticas públicas aseguren la inclusión y diversidad de todas las expresiones, preservando y fortaleciendo la enorme riqueza cultural de México y los diversos pueblos y comunidades que lo habitan.

Solicito que, para asegurar el funcionamiento y eficacia del estímulo fiscal previsto en el artículo 189 de la LISR, se actualicen los montos máximos permisibles (tanto por contribuyente, por proyecto como para el estímulo anual global) a montos que sean equivalentes, en términos de poder adquisitivo real. A las cifras previstas cuando se creó el estímulo, que desde hace casi 20 años no aumentan al mismo ritmo que la inflación, la depreciación del peso, etc. Debemos asegurarnos de que el poder adquisitivo del estímulo siga siendo relevante en el futuro. Yo pediría que se generen incentivos para atraer inversión extranjera y generar empleos y beneficios económicos. Pido que, para garantizar la proyección de obras cinematográficas nacionales, se incluya en la ley que los exhibidores tengan la obligación de reservar el 10% del tiempo total de exhibición de sus pantallas -en todo momento y todos los días del año- para los cines mexicanos. , en todos los complejos o salas de cine existentes en el territorio nacional. Y la obligación de que todas las películas mexicanas permanezcan en salas un mínimo de 14 días.”

Lucía Carreras, guionista y directora (todo silencio)

“Es fundamental negociar la excepción cultural en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá. También es urgente que se nos permita participar en los cambios a la Ley Cinematográfica; cambios muy necesarios que siempre han quedado en un segundo plano y nos han dejado indefensos ante el desarrollo actual de la industria. Han sido muchos años de lucha por el bien del cine mexicano, especialmente en este sexenio en el que han desaparecido los fideicomisos y se han modificado las ayudas. Es imperativo que la ley considere -y con las palabras adecuadas- que debe existir un fondo de financiación del cine nacional, que debe ser obligatorio y no depender del presupuesto y que debe ser una figura financiera que permita la transanualidad; así como aumentar por ley y obligación. La presidencia también debería impulsar la aplicación de leyes que nos protejan como creadores, especialmente contra las plataformas. transmisión “Vienen a México y no respetan nuestros derechos ni pagan nuestro trabajo de manera justa”.

Ángeles Cruz, actriz, guionista, directora(Valentina o serenidad)

“El cine mexicano es una poderosa herramienta para reflejar y cambiar la realidad del país. Nuestro cine permite conocer las historias, miedos y esperanzas que pueblan nuestra tierra. Tenemos una diversidad cultural enormemente rica, que ha demostrado su gran fuerza en el mundo, pero que no ha corrido la misma suerte aquí. Nos hemos rendido al mercado. Lo que vemos en vallas publicitarias o plataformas es una caricatura de quiénes somos. Las narrativas simplistas y estereotipadas de hoy sólo hablan de tráfico de drogas y violencia. Esto me hace sentir que vivimos en un México pobre de espíritu. Las políticas públicas han olvidado que, así como se nutre el estómago, también hay que nutrir el alma. Y el cine es una herramienta preciosa para lograrlo. Pido al próximo presidente de México que considere la cultura como una necesidad fundamental, para promover la equidad en el acceso a las oportunidades y la representación adecuada de todas las comunidades, opiniones y almas.

Armando Casas, presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC)

“En el contexto del derecho a la cultura (derecho humano garantizado por la Constitución mexicana), el reconocimiento del papel estratégico del cine en el ámbito de la cultura debe ser parte del próximo proyecto nacional. Para lograr este objetivo, en el contexto del nuevo ecosistema audiovisual, urge aprobar la nueva Ley del cine que sustituya a la actual, ya obsoleta desde hace varios años (que no menciona, por ejemplo, transmisión). Esta nueva ley se viene trabajando desde hace cinco años y es una propuesta concreta que se encuentra en fase ejecutiva y que deberá ser revisada en fase legislativa considerando los temas de promoción de la producción, exhibición, estímulos fiscales, nuevos incentivos y de inversión. acciones en el cine mexicano. Cualquier política pública centrada en el cine debe ser considerada de manera transversal, considerando la cultura, la economía, el turismo, la comunicación y, por supuesto, la educación. En este sentido, la alfabetización audiovisual es fundamental y la educación cinematográfica se imparte desde la educación básica, como ocurre en países como Francia. El cine se ha convertido en el mejor aliado para la enseñanza de historia, ciencia, derecho, ética, feminismo y casi todas las materias. Su enseñanza, desde los niveles más tempranos, debe ser estratégica, no sólo para formar creadores, sino para tener un público educado y consciente de su propia identidad y soberanía.”

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By México Actualidad

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