Guadalupe Aguilar (Guadalajara, 69 años) lleva más de una década luchando contra el tiempo. Su hijo, José Luis Arana, desapareció en 2011 en el estado de Jalisco, cuando tenía 34 años, y ahora forma parte de la larga y descorazonadora lista de más de 100.000 personas que no se encuentran en México. “No quiero morir sin saber qué le pasó”, afirma Aguilar, fundadora de la asociación Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos (Fundej), una ONG cuya misión ha sido crear una red de apoyo entre familiares de víctimas de violencia forzada. . desaparición. Este colectivo recibirá este miércoles el Premio Rey de España de Derechos Humanos, que entregan el Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá, dotado con 25.000 euros.
Preguntar. ¿Cómo empezó Fundej?
Respuesta. Pensé que era la única mujer en el mundo con un niño desaparecido. Cuando fui a hacer la denuncia mi documento tenía el número 250. Pregunto y me dicen que esa es la cantidad de denuncias que habían recibido solo en ese año. Pepe (su hijo José Luis) desapareció el 17 de enero y ya eran decenas. Así fue como conocí cada vez a más mujeres decididas a encontrar a nuestros hijos y así nació la asociación.
P. El trabajo de investigación concierne casi exclusivamente a mujeres.
r. Cuando alguien desaparece en la familia, la armonía desaparece. Yo ya me había separado, pero la mayoría de mis compañeras me dicen que sus maridos tienen una total incomprensión de su dolor, sobre todo si son madres. Les dicen cosas como: “¿Por qué todavía lo buscáis?”. o “deja de llorar”. Pero nuestros hijos son parte de nuestro corazón y como Pepe ya no está me perdí una parte.
P. También se producen numerosos casos de revictimización.
Únete a EL PAÍS para seguir todas las novedades y leer sin límites.
suscribir
r. Sí. Si es una niña la que desaparece te dicen que no te preocupes porque en nueve meses serás abuela. Si es niño te dicen que fue allí a tomar unas cervezas, aunque tu hijo no beba alcohol. Entonces también tenemos que luchar contra el sistema para defender el honor de nuestro hijo, para que no piensen que es un borracho, una puta o un traficante de drogas. Pero José Luis no era nada de eso, era un excelente estudiante y era un deportista. Jugué voleibol de playa.
P. ¿Qué es lo que más recuerdas de él?
r. Su alegría; Tenía una risa contagiosa y una mirada penetrante. Toda su vida fueron sus hijos. Dejó atrás a dos pequeños que ahora son adolescentes. Hace un tiempo, mientras mirábamos fotos nuestras juntos, seguía pensando en cómo no nos dábamos cuenta de lo felices que éramos porque estábamos completos. Ahora vivo solo en Guadalajara y desde que desapareció Pepe estamos desintegrados.
P. ¿Qué podemos hacer para mantener la esperanza después de tantos años?
r. Es mi vida. Doy mi vida y la doy con gusto. Mi salud ha empeorado un poco, pero sigo con el objetivo de encontrar a Pepe, porque no quiero morir sin saber qué le pasó. Cuando me llamaron para decirme que recibiría este premio lloré mucho porque no me sentía digno sin haberlo encontrado todavía. Pero este reconocimiento es de todos y esa es la fuerza de Fundej: acompañarnos y trabajar por el objetivo de encontrar a nuestras personas desaparecidas.
P. Entre sus actividades diarias suele realizar sentadas frente al Servicio Forense. ¿Para qué son?
r. Es una forma de involucrar a la sociedad en nuestro dolor y acudimos allí a pedir soluciones rápidas. Los médicos forenses pueden tardar años en identificar un cuerpo y es injusto que no entreguen los restos a las familias. Muchas mujeres que se preparan para hacerse una prueba de ADN para localizar a sus familiares acuden a nosotros y las abrazamos en su dolor. También me convertí en directivo ante la ineficiencia del Estado. Ya no pido, ahora exijo soluciones. Los primeros años pedí un favor y no me hicieron caso, ahora que estamos todos juntos veo la fuerza de la asociación.
P. ¿Cómo fue el manejo del gobierno de los desaparecidos?
r. El presidente (Andrés Manuel López Obrador) nos ha puesto barreras para que no podamos hablar con él directamente. Cumpliré 70 años y nunca en mi vida había visto a alguien tan indiferente ante este problema. Además, el gobierno local se jacta de haber aumentado el presupuesto para el instituto forense, pero no es suficiente. Menos aún cuando esta desgracia golpea, como siempre, a los más pobres.
P. ¿Qué harás con el dinero del premio?
r. Podremos crear un laboratorio forense para poder recolectar el ADN de muchas personas que ni siquiera pueden permitirse el kit de prueba. También seguiremos apoyando económicamente a las mujeres que se mudan de otros municipios a buscar a sus hijos. Muchos lo hacen solos y no tienen comida ni forma de llegar a casa.
P. Ser una persona incómoda con el poder es peligroso. ¿Tienes miedo por tu vida?
r. No duermo. Cuando escucho un ruido por la noche miro por la ventana para ver la calle y continuamente vivo con precaución, pero no tengo miedo. Nunca lo he tenido. Siento mucha ira y frustración por haber caminado tan lejos y haber trabajado tan duro y todavía no haber encontrado a Pepe.
Sigue toda la información internacional en Facebook Y Xo dentro nuestro boletín semanal.
Regístrate para continuar leyendo
Leer sin límites
_