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La violencia en México emerge como el tema más espinoso para las aspiraciones presidenciales | Elecciones mexicanas 2024

La violencia en México emerge como el tema más espinoso para las aspiraciones presidenciales |  Elecciones mexicanas 2024

Los miles de personas que cada año acaban en la clandestinidad en México, con o sin tumba, hacen imposible mirar hacia otro lado y ocultar la realidad que más golpea al país y que no hace más que empeorar durante las elecciones. tiempo. . Este será el tema más controvertido de la campaña que los dos candidatos presidenciales tendrán posibilidades de ganar. Ambos parecen agobiados por las políticas del pasado, como en el caso del candidato de derecha, por el desastre de seguridad que ha supuesto este sexenio y por la militarización que le sigue. A falta de aclaraciones sobre los programas electorales para combatir la violencia, ya hay señales de cómo atacará la oposición por ese flanco y algunas señales de la posible fuga que aprovechará el equipo de gobierno.

La seguridad será la gran ofensiva de Gálvez, quien suele comentar el nivel de violencia en el país, incluso cuando viaja fuera, como en su gira por Estados Unidos y España, donde plantea la urgencia de revertir esta tragedia no sólo para la lógica de la humanidad, muchos cadáveres, sino por la necesidad de ofrecer al empresariado un territorio sin conflictos. Las insinuaciones publicadas en la prensa sobre el apoyo de los narcotraficantes a las campañas anteriores de López Obrador y otras manifestaciones del crimen organizado contra el presidente también contribuyen a la fuerza limitada que aún muestra la oposición en la línea de salida de la carrera presidencial.

El equipo de Gálvez, que apoya la alianza entre PAN, PRI y PRD para las elecciones del 2 de junio, tiene por tanto terreno que conquistar. Más complicado es ver cómo organizará Sheinbaum su estrategia de defensa. La candidata abraza la continuidad de este sexenio, pero en materia de seguridad se verá obligada a tomar distancias de alguna manera y ya hay señales en ese sentido. La figura de Omar García Harfuch pasa a primer plano. El exsecretario de Seguridad de la Ciudad de México es el símbolo del conflicto cívico-militar y la persona que ejemplifica los éxitos contra el crimen y la delincuencia de la administración Sheinbaum en la capital mexicana. Harfuch es el jefe del equipo de la candidata en este tema, que trazará las líneas a seguir y su imagen impugna los primeros planos de la propia Sheinbaum en algunos actos de su campaña. Nada es aleatorio en política.

Esta semana, en una reunión con empresarios, Harfuch esbozó la idea que impregna las oficinas electorales de los candidatos oficiales de luchar contra el crimen, tanto organizado como no organizado. Habló de fortalecer la policía y las fiscalías locales y estatales y darle a la Guardia Nacional mayor capacidad de investigación. Un “modelo preventivo con investigación”, afirmó. Pero no será fácil separarnos de la militarización prevaleciente en este sexenio. Ni para Sheinbaum ni para Gálvez, según analistas. “El próximo presidente hereda una especie de prisión determinista en materia de seguridad, basada en un acuerdo transanual que limitará la capacidad de acción”, dice el historiador del Colegio de México Humberto Beck. “A pesar de la disputa legal que persiste, la Guardia Nacional efectivamente funciona como una rama de las Fuerzas Armadas y el Ejército está involucrado en funciones de Seguridad, y muchas otras. Lo extraño es que no hay más militares en otros ministerios que los de Defensa Nacional o Marina”, afirma. Él cree que revertir este proceso es complicado.

Elementos del Ejército colaboran con policías municipales en Tijuana (Estado de Baja California), en enero de 2023.Omar Martínez Noyola (Cuartoscuro)

Beck sostiene que tres poderes cogobiernan el país: el civil, el militar y el criminal, que en algunos territorios ha cobrado una fuerza alarmante. “La mejor carta de Sheinbaum es mostrar los supuestos logros de Harfuch como jefe de la policía capitalina, porque a nivel federal no hay nada de ese lado”. El símbolo del policía “le da la oportunidad de argumentar que su proyecto es diferente al de López Obrador”, añade Beck. “Pero resulta desconcertante que ambos candidatos tengan que defender cambios en esta materia cuando el horizonte de ambos remite a circunstancias previas. Con Xóchitl Gálvez sigue siendo el desastre de (Felipe) Calderón y con Sheinbaum la biografía y la educación de Harfuch están ligadas a personajes como García Luna (quien fue secretario de Seguridad de Calderón, hoy detenido en Estados Unidos)”, advierte.

“Por supuesto, la seguridad es el gran tema a resolver en este país y es la mejor arma de la oposición, porque no sólo la lucha contra la violencia no ha mejorado en este sexenio, sino que será la que tenga la mayoría de las muertes”, dice la analista política Paula Sofía Vásquez Sánchez. La propia campaña electoral estará llena de sangre, como ya hemos visto antes de su inicio, con el asesinato de candidatos y funcionarios veinteañeros. “Será interesante ver cuántas candidaturas serán únicas, sin contendientes, porque así se medirán los puestos cooptados por la delincuencia”, añade. Entiende que Sheinbaum presenta a Harfuch como un modelo a seguir contra el crimen, “quizás por la misma razón que el policía también fue su primera apuesta para la candidatura de la Ciudad de México. Esto le proporciona un marco para la campaña nacional, pero Claudia debe lidiar con la militarización. ¿Qué pasará con el trabajo de las fuerzas armadas en materia de seguridad?”, se pregunta Vásquez Sánchez. Cree que no tiene más remedio que “lanzar a Harfuch hacia delante para enmascarar esa seguridad militarizada. Tal como está el país, un policía es mejor opción que un soldado”, afirma.

Explotar la inseguridad del país para obtener votos conlleva riesgos. Un desafortunado error por parte de la oposición podría repetirse: no se puede hacer política con los muertos, dirían algunos. Una simple foto de Xóchitl Gálvez con Felipe Calderón en España fue suficiente para intensificar las críticas a la candidata respecto a su agenda de seguridad política. “No sé cuáles son las estrategias de la oposición en este caso, pero supongo que tendrán que centrarse en las instituciones. En Guerrero es el tema más candente, pero hay muchos otros estados que ven cómo pierden gobernabilidad y entran en lógicas criminales, como Chiapas, Morelos, Guanajuato o Zacatecas”, señala el analista. El uso de la violencia en la campaña electoral dependerá mucho de la oposición en estos lugares, afirma Vásquez Sánchez.

Esta campaña se medirá con los ataques a la seguridad y su defensa por parte del sucesor del presidente, pero en este terreno no faltan quienes creen que lo más sensato será distanciarse de los resultados presentados por la administración de López Obrador.

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By México Actualidad

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