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México acude a las urnas bajo la sombra de la violencia y 37 candidatos asesinados | Elecciones mexicanas 2024

México acude a las urnas bajo la sombra de la violencia y 37 candidatos asesinados |  Elecciones mexicanas 2024

Las elecciones en México se acercan a las horas decisivas. Las campañas electorales finalizaron el pasado miércoles y este domingo más de 98 millones de ciudadanos estarán llamados a votar. La oficialista Claudia Sheinbaum cerró con un gran evento en el Zócalo, la plaza más emblemática del país. Xóchitl Gálvez, abanderada de la coalición opositora Fuerza y ​​Corazón por México, organizó una manifestación en la Arena Monterrey y una ceremonia simbólica con amigos y familiares en Tepatepec, su ciudad. Jorge Álvarez Máynez, del Movimiento Ciudadano (MC), realizó un concierto de rap en la capital para consolidar su compromiso con los electores jóvenes. Mientras el país apuntaba al final de la campaña, la imagen que quedó impresa en la memoria de millones de personas, sin embargo, fue el momento en que un hombre se abrió paso entre la multitud y disparó contra Alfredo Cabrera, candidato de la oposición. como alcalde de Coyuca de Benítez en Guerrero, uno de los estados más violentos. Cuando parecía que lo peor había pasado, un grupo de sicarios mató a Jorge Huerta, candidato a concejal municipal en Izúcar de Matamoros (Puebla), junto a su esposa y un colaborador, que resultaron heridos la noche del viernes, en plena jornada electoral. campaña. prohibición. El ataque también quedó captado en vídeo.

Los asesinatos de Cabrera y Huerta fueron los últimos en sumarse a una lista que ya incluye 37 candidatos asesinados en el último año, según la consultora Laboratorio Electoral. Al menos 320 incidentes de violencia contra políticos han empañado las elecciones más importantes en la joven democracia de México, debido al número de votantes y más de 20.000 cargos en disputa, y plantean dudas sobre la viabilidad de elecciones en los lugares más afectados por la inseguridad. en el país. La violencia letal ha alcanzado a candidatos en 13 de los 32 estados del país y se concentra en tres puntos calientes: Guerrero (9), Chiapas (5) y Michoacán (4), que concentran la mitad de los asesinatos.

La policía investiga el lugar del asesinato del candidato a la alcaldía de Coyuca (Estado de Guerrero), Alfredo Cabrera (PRI-PAN-PRD), ocurrido el pasado 29 de mayo.David Guzmán (EFE)

Los asesinatos de candidatos se han consolidado como un fenómeno de la política local. Al menos 27 muertos habían hecho pública su intención de postularse para presidente municipal. Tres aspiraban a ser concejales: el priista Aníbal Zúñiga Cortés en Acapulco (Guerrero), la comisionada trans Miriam Noemí Ríos, que buscaba un puesto de MC en Jacona (Michoacán) y Jorge Huerta, que representaba al Partido Verde. Otros dos querían postularse para un concejo municipal, el panista Giovanni Lezama de Cuautla (Morelos) y Manuel Hernández, de Morena, en Misantla (Veracruz). Francisco Sánchez Gaeta se postuló para síndico del Partido Verde en Puerto Vallarta (Jalisco). Sólo tres habían sido considerados para cargos federales: la activista trans Samantha Fonseca se había postulado para la candidatura de Morena al Senado de la Ciudad de México, y sus colegas de partido, Yaír Martín Romero y Manuel Hernández, se postulaban para un escaño en la Cámara de Diputados. Entre las víctimas, 33 eran hombres y cuatro mujeres.

“No creo que haya que esperar a que se supere el número de víctimas, este proceso electoral ha sido el más violento si se consideran otros aspectos, como agresiones y amenazas”, dijo Daniela Arias, coordinadora del proceso electoral. Laboratorio, en una entrevista con este diario a finales de abril. A pesar del elevado número de asesinatos, no existe un consenso unánime de que estas fueron las elecciones más violentas de la historia de México. Las mediciones son relativamente recientes y no existe documentación oficial que cubra todos los casos, por lo que los distintos conteos utilizan metodologías diferentes.

Ante una competencia política que efectivamente se adelantó a los plazos que marca la ley, el Laboratorio Electoral inició sus mediciones en junio del año pasado, tres meses antes del inicio formal del proceso electoral y seis meses antes de que los partidos definieran quiénes votarían por su Candidatos Los 37 asesinatos de los últimos 12 meses superan los 30 asesinatos ocurridos en las elecciones de 2021 y los 24 de 2018. Por otro lado, el diario. Reforma Esta semana se registraron 24 víctimas en estas campañas. Hace tres años Etellekt e Integralia contabilizaron 36 asesinatos y definieron aquellas elecciones como las más violentas hasta entonces. En estos comicios, cuatro municipios registraron asesinatos múltiples de aspirantes a un cargo electoral: Maravatío (Michoacán, 3), Acapulco (Guerrero, 3), Chilapa (Guerrero, 2) y Cuautla (Morelos, 2).

Un agente de la Guardia Nacional vigila frente a la casa electoral del candidato a la presidencia municipal de Amanalco (Estado de México) por el Movimiento Ciudadano.Mónica González Islas

Hay otras pruebas que sugieren que la violencia en estas elecciones ha alcanzado niveles sin precedentes. A finales de abril se habían producido alrededor de 170 incidentes contra políticos. Estas cifras casi se duplicaron después de un mes y crecieron un 88% en cuatro semanas hasta llegar a 320 casos. Mayo fue el mes más violento de todo el juicio, con 78 incidentes, muchos más que los 56 de marzo, los 27 de febrero y los 21 de abril. “Hay una temporalidad muy marcada, febrero y marzo suelen ser meses muy violentos, porque es entonces cuando se decide quiénes serán los candidatos”, subrayó hace unas semanas Manuel Pérez Aguirre, investigador del Colegio de México. Estas elecciones, sin embargo, marcaron una tendencia que no se había previsto: el crimen organizado cruzó una nueva línea al imponer su ley en plena campaña electoral, incluso días antes de las elecciones.

Además de los 37 asesinatos contra candidatos, se registraron otros 58 asesinatos directamente relacionados con las elecciones, entre familiares, políticos no participantes en la carrera y colaboradores de campaña, según el Laboratorio Electoral. Precisamente esta semana, por ejemplo, fue atacado el convoy que transportaba al equipo de Pedro Salazar, candidato de MC a la presidencia municipal de Jiménez, Tamaulipas. “Sufrimos dos ataques en menos de 10 minutos”, dijo Dante Paulín, candidato a concejal. Salazar no se encontraba en el vehículo al momento del ataque, pero cinco integrantes de la marcha resultaron heridos, según autoridades estatales. Dos días después se anunció que uno de ellos había muerto por heridas de bala. El Movimiento Ciudadano calificó los hechos de “inaceptables” y pidió garantías a las fuerzas de seguridad para que se pudieran celebrar “elecciones libres y seguras”. “La democracia no puede prosperar en un entorno de violencia”, dijeron los dirigentes nacionales.

Los ataques más comunes fueron las amenazas: 131 políticos fueron intimidados en este proceso electoral y más de un centenar decidieron abandonar sus aspiraciones por este motivo. Es posible que esta cifra sea sólo la punta del iceberg, porque muchas de las amenazas no se denuncian ni se hacen públicas. El especialista en seguridad Eduardo Guerrero dijo esta semana a W Radio, por ejemplo, que ha habido más de 2.000 renuncias en sólo cinco estados y que la violencia está detrás de un buen número de renuncias. Chiapas y Michoacán han registrado 500 casos cada uno, según sus cálculos.

Entre los 107 candidatos renunciados contabilizados por el Laboratorio Electoral, 56 eran personas postuladas por el opositor Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). La coalición de gobierno de Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México no ha hecho público ningún caso. Es una instantánea de cómo el diagnóstico de violencia ha dividido la opinión en todo el espectro político. El frente opositor dice que la inseguridad ha hecho que hacer campaña en grandes regiones del país sea un ejercicio de alto riesgo, mientras que el bloque gobernante dice que el tema se está utilizando para socavar los logros de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.

“Algunos nos dan consejos, pero nosotros nos damos los muertos”, dijo esta semana Guadalupe Acosta Naranjo, representante del PRD ante la autoridad electoral. “Serán las elecciones más limpias y limpias de la historia de México”, afirmó sin embargo López Obrador el pasado martes, un día antes del asesinato de Cabrera. Pese a todo, el fenómeno ha llegado a todas las fuerzas en el terreno: todos los partidos han sufrido al menos un asesinato en estas elecciones. El PAN lidera el número de amenazas (27) y Morena el número de candidatos asesinados (11) y secuestrados (16). Independientemente de la política, hubo 77 ataques y 17 secuestros contra candidatos en este juicio, según el Laboratorio Electoral.

Esta misma semana se anunció que más de 260.000 miembros de la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas serán desplegados para asegurar que se lleve a cabo la jornada electoral. También en los últimos días, células de grupos criminales han colocado pancartas en Morelos prometiendo garantizar que “todo pase con calma”. “Votar o conducir”, se advierte en otros mensajes atribuidos al cartel Jalisco Nueva Generación de Aguililla, una de las comunidades más asediadas por el crimen organizado, para pedir a la población que elija a quienes apoya. En dos localidades de Chiapas fueron quemados al menos 49 paquetes con papeletas de voto, 45 en Chicomuselo y 4 en Totolapa, según el Instituto Nacional Electoral.

En vísperas de las históricas elecciones del 2 de junio, que podrían abrir por primera vez las puertas de Palacio Nacional a una mujer, la espiral de violencia se ha consolidado como uno de los principales protagonistas de la campaña, especialmente a nivel municipal y lejos del foco mediático. También se espera que sea uno de los factores clave a seguir durante las votaciones y en la lucha postelectoral que se desarrollará en los tribunales en las próximas semanas.

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By México Actualidad

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