En apenas unos años, el fentanilo se ha convertido en el gran desconocido, acaparando el tema de discusión que más ha tensado la relación entre México y Estados Unidos. Esta nueva droga sintética, 50 veces más poderosa que la heroína, mucho más barata y más difícil de detectar, se ha convertido en un lucrativo negocio para los grupos del crimen organizado y un dolor de cabeza para las relaciones entre México y Estados Unidos.
Una delegación del Gobierno de Joe Biden ha llegado este lunes a México para abordar, junto con Canadá, la lucha contra el tráfico de este opioide responsable de la muerte de más de 110.000 personas en Estados Unidos el año pasado. Esta es la cuarta visita en el marco de estas conversaciones de Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Interna de la Casa Blanca, quien encabezará la delegación estadounidense, y quien se reunirá con la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez.
También viajarán con Sherwood-Randall el subsecretario de Estado de Administración y Recursos, Rich Verma; la Subsecretaria de Justicia del Departamento de Justicia, Lisa Monaco y la Subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristie Canegallo. “La reunión mejorará la coordinación y la lucha contra la amenaza de las drogas sintéticas y la salud pública, los métodos del narcotráfico y las finanzas ilícitas”, dijo el Departamento de Estado de EE.UU.
Como parte de estos esfuerzos conjuntos, el gobierno mexicano se ha comprometido a informar a su socio sobre los informes sobre la incautación de drogas, incluido el fentanilo. En junio pasado, el Ejército Mexicano incautó más de 1,700 kilos de fentanilo, una cantidad récord en los últimos años. Este 2023 es, por mucho, el año del Gobierno de López Obrador en el que más decomisos ha habido, muestra de la presión política que se ejerce desde Washington y como consecuencia de más presupuesto público destinado a las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y tareas de Seguridad. “Se está incautando mucha cocaína, mucho químico, también fentanilo, mucho más de lo que se hacía antes, mucho más. Es que antes tenían el poder los narcotraficantes”, señaló el presidente López Obrador en la conferencia matutina de este lunes.
Entre otros temas, las delegaciones también abordarán la crisis de la migración irregular, el tráfico de armas y la trata de personas. “Estamos trabajando muy bien con el Gobierno de Estados Unidos, no hay diferencias sustantivas, pero tenemos que seguir con la cooperación y dar seguimiento a todo lo que tiene que ver con la migración, los programas de apoyo a Centroamérica, las visas de trabajo que se están aplicando a los migrantes de algunos países, que han dado muy buenos resultados para ordenar el flujo migratorio”, declaró el mandatario.
Mientras la última cruzada contra las drogas se desarrolla entre oficinas en México, Estados Unidos y Canadá, la evidencia sugiere que el uso de opioides también ha crecido en México, aunque sigue siendo un mercado más dominado por la metanfetamina y la cocaína.
Hace dos semanas, el secretario de Estado, Antony Blinken, reunió virtualmente a representantes de 84 países, una lista que incluía a México, principal vía de entrada de la droga, pero no a China, país de donde provienen la mayoría de los químicos que se utilizan para fabricar el fentanilo, con el objetivo de crear una coalición que mejore la cooperación y la lucha contra esta y otras drogas sintéticas. “Una vez que han saturado nuestro mercado, las mafias criminales transnacionales se están enfocando en otros lugares para aumentar sus ganancias”, les dijo. “Si no actuamos juntos con feroz urgencia, será una catástrofe”, subrayó en la reunión.
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