ANTÁRTIDA.
El iceberg más grande y uno de los más antiguos del mundo se ha movido por primera vez en más de tres décadas, dijeron científicos el viernes.
El iceberg antártico, conocido como A23a, tiene una superficie de cuatro mil kilómetros cuadrados, o 2,7 veces el tamaño de la Ciudad de México.
Desde que se desprendió de la plataforma de hielo Filchner-Ronne de la Antártida occidental en 1986, el iceberg, que alguna vez albergó una estación de investigación soviética, ha permanecido varado después de que su base quedó atrapada en el fondo del mar de Weddell, cerca de las costas meridionales de Argentina y Chile.
Pero ya no más. Imágenes satelitales recientes revelan que el iceberg, que pesa casi un billón de toneladas, se está moviendo ahora más allá del extremo norte de la Península Antártica, ayudado por fuertes vientos y corrientes.
Según el glaciólogo Oliver Marsh del British Antártida Survey, es raro ver un iceberg de este tamaño en movimiento, por lo que los científicos seguirán cuidadosamente su trayectoria.
A medida que gana velocidad, es probable que el colosal bloque de hielo se lance hacia la corriente circumpolar antártica. Esto lo dirigirá hacia el Océano Atlántico Sur en una trayectoria conocida como Iceberg Alley, donde se pueden encontrar más de este tipo flotando en aguas oscuras.
“Con el tiempo, probablemente se adelgazó un poco y ganó un poco más de flotabilidad, lo que le permitió elevarse del fondo del océano y ser empujado por las corrientes oceánicas”, explica Marsh.
La A23a podría encallar nuevamente en la isla Georgia del Sur, lo que supondría un problema para la fauna antártica. Millones de focas, pingüinos y aves marinas se reproducen en la isla y se alimentan en las aguas circundantes, ya que el acceso puede estar cortado.
En 2020, otro iceberg gigante, el A68, generó temores de que pudiera chocar con Georgia del Sur, aplastando la vida marina en el fondo marino y cortando el acceso a los alimentos. Esta catástrofe finalmente se evitó cuando el enorme iceberg se rompió en pedazos más pequeños, lo que también podría sucederle a A23a.
Pero “un iceberg de este tamaño puede sobrevivir durante mucho tiempo en el Océano Austral, incluso si hace más calor, y podría dirigirse hacia el norte, hacia Sudáfrica, donde podría perturbar el tráfico marítimo”, afirma el especialista Oliver Marsh.